Aunque es un tema del cual no se pueden hacer puntos de comparación, es importante recalcar que tanto periodistas como jugadores son de cierta manera líderes en sus ámbitos que externan a un público sus puntos de vista. Les guste o no, se han convertido en ejemplos para quienes los ven y oyen, puesto que sus acciones repercuten en los aficionados y en las audiencias.
Todo comienza con un retuit de Mauricio Ymay donde cita a David Faitelson por pedir que los jugadores prácticamente no salgan de sus casas y vivan en completo apego al futbol. Se argumenta que por ello, los futbolistas ya no deberían divertirse. Tomando en cuenta eso, el conductor de ESPN recalca el hecho de lo sucedido con Salvador Cabañas.
En contraparte, habla sobre la fiesta con temática de crimen organizado que realizó Julio César Domínguez, pidiendo de cierta manera que no haya un castigo, sino que debería tener atención psicológica para poder cambiar ciertos aspectos de la "descomposición social" argumentando que no tiene que ver nada con el futbol directamente.
Ahora bien, tomado en cuenta ambas declaraciones ponemos en tela de juicio que hay ocasiones en las que sí se merece un castigo y en otras no cuando del mismo tema se trata. Por un lado, la carrera del primero terminó por diluirse y al parecer al del segundo se le puede dar una oportunidad más. Si el tema es la descomposición que hay, en ambos temas se debería tratar con el mismo enfoque.
¿Qué está bien y qué mal?
Entendiendo estos puntos se debe considerar que los futbolistas no es que no tengan derecho a divertirse, sino que hay acciones que terminan por repercutir en terceros. Es ahí donde la línea de hacer lo que se desea es rebasada perjudicando en este caso a quienes gustan del deporte de una manera totalmente futbolística.