
La leyenda chilena del balompié destacó desde siempre en el mediocampo, pero su llegada al Nido revolucionó todo en la competición mexicana setentera.
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Carlos Enzo Reinoso Valdenegro encaminó a la institución crema directo a los cimentos de grandeza; marcó más allá de tantos con colores capitalinos y más adelante se incorporó como dirigente para no pausar su aporte con el Club América.
El mediocampista sensación tuvo una trayectoria repleta de victorias, reconocimiento y abundancia, sin embargo; al interior de tanto talento, Reinoso tuvo tropiezos personales de los cuales se obligó a levantarse para no dar por perdida su carrera y amor al futbol.
Por medio de una charla reciente con el comunicador Jorge Van Rankin, El Maestro reconoció entre tantos trofeos y reflectores, el mayor de sus triunfos:
Mi mayor triunfo en la vida fue salir de las drogas: me recuperé hace más de 30 años.
Reinoso lo trasmitió como su combate personal de mayor peso, pues tuvo que apoyarse de su familia para tener fortaleza y voluntad en salir de un entorno tan habitual cuando se está en el pico de la fama, sobre todo en el ámbito deportivo:
No es fácil, pero me acerqué mucho a Dios y mi hija Paola me ayudó muchísimo.
Es una lucha contigo, no con el qué dirán