El América de Santiago Solari ha demostrado desde el semestre pasado ser un equipo muy ordenado, que aunque en ataque puede lucir por momentos poco peligroso, sabe defenderse correctamente, complicando seriamente a los rivales. La noche de este jueves en el Estadio Azteca todo estaba puesto para que el cuadro azulcrema pudiera llevarse un triunfo, y afortunadamente así fue, aunque aún falta mucho por mejorar.
Desde los primeros minutos del encuentro ante el Philadelphia Union se pudo notar la superioridad de las Águilas, con jugadas peligrosas que anunciaban que el primer gol del encuentro sería de los locales, siendo probablemente en la que más se ahogó el grito de gol un cabezazo de Richard Sánchez que el arquero Andre Blake logró atajar. Sin embargo, las Águilas y el mediocampista paraguayo siguieron tocando la puerta, y un golazo de larga distancia fiel a su estilo abrió el marcador.
A partir de este momento la presión se trasladó al cuatro estadounidense, que necesitaba meter un gol de visitante para tener una oportunidad en la vuelta en casa. Por otro lado, la confianza jugaba a favor del América, que siguió intentando el resto del primer tiempo, sin lograr acrecentar la ventaja, siendo lo más relevante a partir de ese momento un codazo de Mauro Lainez a Olivier Mbaizo, a quien le tiró un diente.
El segundo tiempo también fue de dominio azulcrema, pero también las opciones al taque fueron limitadas, por lo que parecía que los dirigidos por Santiago Solari solo podrían llevarse un gol de ventaja para la vuelta en Philadelphia. Sin embargo, un penal marcado al minuto 75 por falta sobre Richard Sánchez fue la oportunidad para ampliar el marcador con gol de Emanuel Aguilera, quien dicho sea de paso podría rebasar pronto a Bruno Valdez en la carrera por convertirse en el defensa más goleador en la historia de las Águilas.
Así, el América se llevó el partido con marcador que le da gran ventaja, pues un gol en la vuelta obligaría al Union a hacer cuatro, algo que por lo visto hoy parece casi imposible. No obstante, aún hay mucho por mejorar, pues Santiago Solari parece aferrarse a la alineación 4-3-3 aún el partido le da la libertad de ser más ofensivo, además de encontrar las mejores opciones en los extremos, donde el estratega argentino ha pedido públicamente refuerzos.