Mucho se habla de la valentía que ha tenido Henry Martín en los últimos años, que salió de las críticas que le hacía la afición y ahora está a punto de convertirse en el goleador histórico del Club América tras superar esto. Sin embargo, más allá de lo que puede dar con su liderazgo, el yucateco en una entrevista que sostuvo con Balompié, dio a conocer cómo vivió este camino al tricampeonato lleno de lesiones y que incluso puso en riesgo su vida, comenzando desde los Cuartos de Final vs Toluca, pero donde más la sufrió fue ante Cruz Azul por un encontronazo con Willer Ditta.
"En la Semifinal de vuelta vs Cruz Azul, Ditta, accidentalmente me mete un rodillazo en la costilla y me la fractura. Faltaban como 5 o 10 minutos para que acabara el primer tiempo; me dolía, pero me dejaba. Me voy al entretiempo y cuando regreso a la cancha yo sentía que me estaba clavando un cuchillo aquí, no podía respirar y no podía respirar, yo decía: '¿Qué me pasa? ¡No puede ser!' Pedí el cambio, aguanté como 15, 20 minutos más, yo ya no podía, igual el partido iba 3-1 y dije: 'Bueno' y cuando salgo y le doy vuelta a la cancha, gol, dije: '¡No puede ser 3-2!'. Te entra una ansiedad, salgo el día del partido en la Final, me hacen estudios y fractura".
Henry Martín jugó lesionado
Para Henry hay mucho que agradecer en este aspecto, en especial a los que se encargaron de cuidarlo, puesto que se le dieron varias alternativas para que el delantero pudiera estar presente en los partidos más importantes. Sin embargo, las condiciones no estaban siendo las mejores para él, por lo que dentro del vestidor se le dieron opciones para aguantar que resultaron peores y que lo obligaron a tomar la decisión de salir al terreno de juego, aún con la posibilidad de que pudiera recibir un mal golpe e incluso perforarse un pulmón.
"Salgo a la cancha en el calentamiento, esto se manejó hermético, porque no podía salir de ahí. Juego la final de ida, en el calentamiento me infiltran, me hacen de todo, pero el dolor no se me iba y me ponen un protector como si fuera de americano para cuidarme, pero no me dejaba respirar, yo sentía que me ahogaba, entré al vestidor y me lo saqué, dije: 'no puedo'. Y me dicen si te dan un golpe te puede perforar el pulmón, por lo que en los choques metía el brazo, me cuidaba y me cuidaba".
Para el capitán azulcrema había sido la peor Liguilla que había vivido, pero siempre recibió el apoyo de sus médicos y sobre todo de sus compañeros. El delantero recalca que tanto Alejandro Zendejas como Álvaro Fidalgo no sabían que estaba jugando con lesión, pero cuando se enteraron hicieron todo para le dieran los balones al pie y evitar que tuviera algo más grave al término del partido.
"Un día antes de la final de ida no pude acabar el entrenamiento por el dolor. La verdad, la labor médica, la labor de fisioterapeutas fue magnífica. Venía de jugar desgarrado con Toluca; me hicieron jugar fracturado. Fue la peor liguilla que he jugado porque nunca jugué cómodo, nunca jugué, siempre jugué con un dolor impresionante, un dolor que me hacía mermarme de muchas cosas y jugar fracturado en la final de ida cuando salí de la cancha, le di las gracias porque pude jugar. Al día siguiente no me podía parar de la cama, no podía ni respirar...", finalizó.