La contratación de Érick Sánchez con el Club América marcó un bombazo en el mercado para que los de Coapa apuntalaran todo su plantel en cuestión de fichajes, pues se trató de uno de los mejores mexicanos del momento que además sabe perfectamente cómo tratar el balón, aunque para mala fortuna del futbolista, su perfil no termina de encajar en la idea de juego de André Jardine, así que sigue en proceso de adaptación.
Sin embargo, es innegable que Sánchez llegó a América para causar una ola de alegría en la afición que se emocionó con la operación, pero personas del círculo familiar del jugador también celebraron, ya que el mismo Érick confirmó que sus padres, hermano, esposa y familia de la esposa le van a las Águilas, por lo que todos salieron ganando.
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Mi papá, mis hermano, mi mamá son americanistas, entonces sí, desde muy chicos, desde antes de ir yo a Pachuca, siempre fue América, América, América y nada más. No tenía la visión de otro equipo todavía y sí, desde niño fue América, la mayoría de mi familia es americanista.
¿Érick Sánchez le va al Club América?
Más allá de que cualquier jugador debe comportarse como un profesional y darlo todo por el club donde está contratado dejando de lado el amor por otra camiseta, con Érick sucede que no se declara puntualmente como americanista pero sí deja sentado que cuando era pequeño, en su casa solamente se hablaba de América en lo que respecta al futbol y más ahora que su esposa también apoya a la institución.
En cuanto empecé a ya saber que estaba todo aclarándose para venir para acá, lo primero que hice fue decírselo a mi esposa y a mi mamá y a mis hermanos porque yo sabía que ellos iban a ser muy felices. Principalmente mi esposa que ella también es americanista o sea se dio todo y la familia de mi esposa también es americanista, o sea todo se dio.
¿Por qué llegó Érick Sánchez al Club América?
Sánchez llegó a Coapa siendo uno de los mejores mexicanos del momento, con grandes habilidades y pretendido por varios mercados en América, fue una determinación de la directiva, posiblemente para apuntalar en caso de que se fuera Álvaro Fidalgo. Ahora André Jardine goza del problema que todo entrenador quiere, exceso de talento sin saber en dónde colocarlo.