Diego Valdés es sin duda uno de los mejores futbolistas que ha contratado América en los años más recientes, su llegada significó una nueva visión en el centro del campo con un número 10 que sabe cómo generar oportunidades de peligro, así como definir en los momentos más importantes. Sin embargo, con la lesión que sufrió ayer en el Clásico Joven pareciera que el panorama para los de Coapa se complica mucho
Desde el torneo anterior se demostró que cada que Valdés no participa en los partidos de América, el rendimiento del grupo en general se va para abajo, con menos capacidad para generar oportunidades y especialmente, menor chances de adelantarse en el marcador. Prácticamente era una obligación contratar a alguien que pudiera reemplazar al chileno en momento de emergencia como ahora.
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Por ello es que todo apunta a que Erick Sánchez será el encargado de darle a América la profundidad que necesita como el reemplazo de Diego Valdés. El mexicano participa como mediocampista y es el cambio natural, de hecho así ha aparecido en semanas recientes y el mismo 10 de las Águilas le ha explicado lo que debe hacer con y sin el balón.
¿Erick Sánchez puede sustituir a Diego Valdés?
Aunque en apariencia suena a un gran sustituto, la realidad es que la posición que juega Valdés está pensada para él, por lo que Erick debe modificar todo su estilo de juego para acoplarse a lo que necesita América. Esto impacta de forma negativa porque el azulcrema no es capaz de darle las mismas ventajas a los de Coapa, algo que fue duramente criticado por la afición.
La buena noticia es que habrá tiempo para que André Jardine replantee su juego, ya que la siguiente Fecha FIFA pausará la Liga MX y con ello habrá nuevas chances de que el brasileño exponga una propuesta efectiva, después de inventar en el Clásico Joven y quedar completamente exhibido en el encuentro.
¿Por qué América fichó a Erick Sánchez?
La gran interrogante ahora es si Erick verdaderamente era necesario en América, ya que no cumple con las características para reemplazar a Valdés ni fue un pedido particular de parte de André Jardine, además de que llegó para una zona que no era necesaria, dejando vacante el espacio que abandonó Julián Quiñones.