El Club América ha tenido varios representantes de gran calidad en su historia, es una realidad que actualmente se habla mucho de la época que marcó André Jardine con sus títulos obtenidos en muy poco tiempo, pero la realidad es que se puede rememorar a otros cuadro de alta capacidad como fue el de Leo Beenhakker, quien siempre remarcó un estilo de juego mucho más vistoso.
Sobre este tema se expresó anteriormente Cuauhtémoc Blanco en una plática con David Faitelson, en donde el ex futbolista y ahora político expresó que el culpable de que terminara aquella gran era de América, fue precisamente Luis García, quien ahora es analista de TV Azteca. Esto se debería a que por su pasado en Real Sociedad, querían mantenerlo de titular sin importar que no tuviera los argumentos suficientes para aparecer.
Para mí, los del 80 y el de Biyik-Kalusha, los mejores de la historia, nada más que llegó alguien y lo destruyó... Luis García, el cuerpo de rana, llegó y lo metieron ahí porque venía de la Real Sociedad.
¿Luis García realmente fue el culpable de terminar la era de Beenhakker?
Cuauhtémoc Blanco tuvo un tono más de ironía y juego cuando culpó a Luis García, pues posteriormente el mismo Faitelson aclaró que Beenhakker tuvo una pelea con Emilio Diez Barroso, ya que el estratega no quiso hacer cargo al presidente en aquel entonces de la institución, con lo que se generó un problema a la interna que no dejó continuar con una de las versiones de las Águilas más poderosas que se han visto.
Cuauhtémoc claramente le debe mucho a Beenhakker porque fue con quien comenzó a tener actividad para convertirse en el futuro referente de la institución azulcrema en la búsqueda de trascender. Si bien no consagró tantos títulos con América, sí es un símbolo del americanismo para todas las generaciones sin importar que lo vieran o no jugar en el campo.
¿Cuauhtémoc Blanco volverá algún día a América?
El Temo ha dejado claro en más de una ocasión que quiere retornar a América pero como entrenador, para luego dar el saldo a la Selección Mexicana. La realidad es que sí se trata de un camino normal para alguien que quiere trascender en el balompié mexicano, pero el problema es que Blanco no ha tenido preparación para ser director técnico y su carrera política claramente no le permite involucrarse de más con las Águilas.