La salida de Miguel Herrera del Club América quizá era lo mejor que le podía pasar al equipo pues era evidente que ya no tenía una buena relación con los jugadores y cada vez se notaba más dentro del terreno de juego como fuera del mismo.
La actitud de algunos jugadores en la cancha quizá eran el reflejo que las cosas no pasaban por un buen momento en el conjunto azulcrema, indirectas a miembros del equipo como el caso de Roger Martínez, los fuertes rumores del descontento de Memo Ochoa con el entrenador de porteros, sobrino de Herrera entre varias situaciones.
Ya no solo era Roger el jugador que caminaba dentro de la cancha, eran varios que se le notaba su falta de compromiso y entrega en partidos tan importantes como la liguilla y durante la Concachampions.
En un equipo es normal ver pasar por mal momento a 1 o 2 jugadores pero no a la mayoría del plantel; lo que podría significar que el equipo ya no creía en el proyecto o no había una buena relación con el técnico.
Habrá que esperar ahora que cambios se realizan en el tema de jugadores pues también tienen un alto grado de responsabilidad en los fracasos que sufrió el América en el último año.